23 octubre 2008

Quan magnus numerus Libyssae arenae

Pasa como con las canciones, una mañana te levantas tarareando alguna sin saber por qué y empieza a resonar continuamente en tu cabeza hasta que, ese día o alguno después, vuelve a desaparecer tan casualmente como llegó. Aún a riesgo de resultar pedante he de confesar que lo mismo me sucede a veces con algunos poemas.

Este es mi invitado de los últimos días. Evidentemente no puedo quejarme.

"Para saber de amor, para aprenderle
haber estado solo es necesario.
Y es necesario en cuatrocientas noches
-con cuatrocientos cuerpos diferentes-
haber hecho el amor. Que sus misterios,
como dijo el poeta, son del alma,
pero un cuerpo es el libro en que se leen."

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

  • ecoestadistica.com