Faltan diez minutos para que cierre el súper. En la caja rápida el chico que va delante de mí lleva comida para perros, yo un brik de caldo de verduras y la chica argentina que está detrás crema fina de calabaza y quesitos.
Creo que los tres vamos a cenar solos. (Bueno, él probablemente con su perro)