Pensar en ese café que voy a hacerme cuando llegue a casa. Saber que no es más que un lunes cualquiera, cansado y algo lento como todos los lunes.
Y como mucho, rescatar el roce de sus dedos de otro sueño incomprensible.
Vale, lo confieso, tengo un secreto. Sé cómo comprar las papeletas que nunca tocan.
2 Comments:
Puedes venderlas, hay otra gente que las necesita
A ver Lucía, eso me lo tienes que explicar, porque no consigo imaginar por qué razón alguien puede necesitar una papeleta sin premio.
Publicar un comentario
<< Home