09 diciembre 2008

Cantes

Ida

La vieja ciudad con sus piedras húmedas te recibe igual que siempre
(meses atrás tan sólo y ya parece tanto).
De nuevo ese golpe de viento frío que desangela los huesos al salir del vestíbulo de la estación.
Parecía lo mismo que entonces pero
-afortunadamente-
ya no lo era.

Vuelta

Sin embargo y por ventura nunca se deja atrás lo que de verdad importa.
Creo que aquel café está más bueno ahora.

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